«Aunque la muerte estuviera en la esquina con su escoba
en alto, aunque la esperanza fuera una Palmira gorda.»






























qué haríamos pregunto
sin esta enorme oscuridad







Un claro en un jardín oscuro o un pequeño espacio de luz entre hojas negras. Allí estoy yo, dueña de mis cuatro años, señora de los pájaros celestes y de los pájaros rojos. Al más hermoso le digo:
- Te voy a regalar a no sé quien.
- ¿Cómo sabes que le gustaré? -dice.
- Voy a regalarte -digo.
- Nunca tendrás a quien regalar un pájaro -dice el pájaro.

Alejandra Pizarnik


E s t a   p á g i n a   e s t á   d e d i c a d a   a   t o d a s   l a s   p e r s o n a s   q u e   t i e n e n   c i c a t r i c e s.

P r o y e c t o    d e    p o e s í a    p e r u a n a    e n    a u d i o



L i b r o    d e   v i s i t a s